lunes, octubre 20, 2008

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en México

La historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en México se remonta a 1875, cuando Brigham Young – el profeta y líder de la Iglesia en esos años – decidió enviar a Daniel Jones, quien dirigió a un pequeño grupo de misioneros a la Ciudad de México y distribuyó folletos a los líderes mexicanos. Uno de estos folletos sobre el Libro de Mormón, libro que los miembros de la Iglesia consideran como escrituras junto con la Biblia, llegó a las manos de Plotino Rhodacanaty, quien después de leerlo le escribió al Presidente John Taylor, sucesor de Brigham Young, para pedirle más información acerca de la Iglesia.
En la Conferencia General de la Iglesia de octubre de 1879, el Presidente Taylor llamó a Moisés Thatcher, entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, (el segundo consejo de más alto nivel de la Iglesia), para que comenzara la obra de proselitismo en la Ciudad de México. Plotino Rhodacanaty fue el primer converso.


El 13 de noviembre de 1879, el Élder Thatcher y dos misioneros más, organizaron la primera rama (congregación), de la Iglesia en la Ciudad de México, con Plotino Rhodacanaty como presidente de rama.
Integrada por un núcleo de doce miembros y tres misioneros, la Iglesia comenzó a expandirse lentamente entre el pueblo mexicano. El 6 de abril de 1881, el Élder Thatcher, Feramorz Young y Ventura Páez escalaron el Popocatépetl hasta una altitud de unos 4,700 metros y dedicaron el país para la predicación del evangelio.
En 1886, la Iglesia publicó una edición del Libro de Mormón en español, para impulsar la labor de la Iglesia en México. El Libro de Mormón es un registro de los pobladores de la antigua América, incluida la historia de la visita de Jesucristo y los tratos que tuvo con ellos.
En los primeros días de la Iglesia en México, dos fieles líderes, Rafael Monroy y Vicente Morales se convirtieron en mártires a causa de su creencia. Durante La Revolución Mexicana, Rafael Monroy era el presidente de la pequeña rama de San Marcos, en el estado de Hidalgo y Vicente Morales su primer consejero (asistente). El 17 de julio de 1915, ambos fueron apresados por un grupo de revolucionaros y se les dijo que serían liberados en cuanto entregaran sus armas y renunciaran a su extraña religión.
Rafael Monroy les dijo a sus captores que no tenían armas. Sacó una Biblia y un Libro de Mormón del bolsillo, y agregó: “Caballeros, éstas son las únicas armas que llevo conmigo, son las armas de la verdad contra el error”. Al no encontrar arma alguna, ambos fueron cruelmente torturados para intentar obligarlos a confesar la ubicación de las armas. Rafael Monroy y Vicente Morales fueron escoltados a las afueras del pueblo, donde sus

captores los sujetaron a un fresno frente a un pelotón de fusilamiento. El oficial a cargo les ofreció la libertad si renunciaban a su religión y se unían a los revolucionarios. Al negarse, el pelotón de fusilamiento disparó contra estos miembros de la Iglesia, quienes murieron por su fe.
Con el transcurso de los años, la Iglesia abarcó todo el país. La primera estaca (similar a una diócesis) fue organizada en Colonia Juárez, Chihuahua en 1895. Sesenta y seis años más tarde, el 3 de diciembre de 1961, se organizaba la segunda estaca. Actualmente hay en México 1,120,000 miembros de la Iglesia distribuidos en 212 estacas.
El 3 de abril de 1976, bajo la dirección del Presidente Spencer W. Kimball, profeta y líder de la Iglesia en ese tiempo, fue anunciada la construcción del Templo de la Ciudad de México. La ceremonia de la palada inicial se efectuó el 25 de noviembre de 1979 por el Élder Boyd K. Packer, uno de los miembros del Quórum de los Doce Apóstoles. El templo fue abierto al público del 8 al 20 de septiembre de 1983 y dedicado el 2 de diciembre de ese mismo año por el Presidente Gordon B. Hinckley, quien llegó a ser el líder de la Iglesia años más tarde.
Durante la Conferencia General de abril de 1998, el Presidente Gordon B. Hinckley dijo: “He estado con muchos que poseen muy poco en lo que respecta a bienes materiales, pero que tienen en el corazón una gran fe acerca de esta obra de los últimos días; aman a la Iglesia, aman el evangelio y aman al Señor, y desean hacer Su voluntad. Ellos pagan su diezmo, por modesto que éste sea; hacen tremendos sacrificios para poder ir al templo, viajando días enteros en autobuses incómodos y en botes viejos, además de ahorrar dinero y privarse de muchas cosas para lograrlo. Ellos necesitan templos más cercanos; templos pequeños, hermosos y prácticos”. Como resultado de esta visión, anunció la construcción de estos templos, 11 de los cuales se construyeron en México entre 1998 y el año 2000.
Después de 25 años de servicio ininterrumpido, el Templo de la Ciudad de México cerró sus puertas el 31 de marzo del 2007 para una remodelación completa, y será abierto al público nuevamente el 20 de octubre y rededicado el 16 de noviembre del 2008.

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